Los agentes políticos, medioambientales y de nuevas tecnologías han generado cambios sin precedentes en el sector de recursos naturales y energéticos.
La industria del petróleo y del gas está respondiendo a un precio del petróleo de menos de la mitad de su punto más alto; esto cambia el equilibrio económico entre la producción offshore, onshore y el fracking. El sector minero también está respondiendo a la volatilidad de los precios de los productos básicos y a las preocupaciones internacionales sobre el impacto ambiental.
El sector energético está respondiendo a la agenda del cambio climático, en parte mediante la reducción de emisiones de carbono y también a través de la inversión continua en tecnologías renovables como la solar y la eólica, y a través de tecnologías emergentes como la energía mareomotriz y de olas.
Este panorama cambiante exige a las empresas que desafíen la forma de su organización y la combinación de habilidades dentro de ella.