El éxito de una organización es definido cada vez más por el Director General.
La economía mundial se está volviendo cada vez más compleja. Las organizaciones deben luchar contra el endurecimiento de las regulaciones gubernamentales, el aumento de la competencia, complejos sistemas administrativos, y la incertidumbre de nuevos mercados y nuevas tecnologías. Pero además, las organizaciones están cada vez más conectadas entre sí, con sus clientes y con el entorno.
Para crecer en este ambiente, las organizaciones requieren Directores Generales con más que un currículum excelente.
El Director General de hoy, requiere de las habilidades técnicas y la visión estratégica para unir oportunidades tecnológicas, regulatorias y económicas. Estas habilidades deben combinarse con la capacidad de involucrar e inspirar a las partes interesadas en todos los niveles en la empresa, desde los miembros del consejo y una mano de obra culturalmente diversa, hasta los consumidores y los medios de comunicación.