
12 abr. 2007
Un año a recordar
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“It was a very good year”. Así comenzaba una canción de Frank Sinatra, que hoy cantarían contentos los profesionales de búsqueda de directivos al hablar del 2006. Será un año a recordar. En él se superó el máximo anteriormente alcanzado en el 2000, a nivel español, europeo y mundial.
El crecimiento de la economía durante los últimos tres años ha incrementado la demanda de talento directivo, especialmente en los grandes mercados emergentes, como Europa Oriental, Rusia, India, China y, desde luego, España. En nuestro país, los sectores más activos durante 2006 han sido el financiero, industrial, consumo, tecnológico, salud y servicios profesionales.
Ha habido también importantes cambios de paradigma. Telegráficamente, éstos son algunos:
- De directivos buscando empresa a empresas buscando directivos.
- De empresa con terna de candidatos a candidatos con terna de empresas.
- De búsqueda de gran negocio a búsqueda de gran servicio.
- De cliente en manos del consultor a consultor en manos del cliente.
- De candidatos baratos a talento caro.
- De “cazatalentos” cazador, a consultor, con mayor gama de servicios.
- De búsquedas locales a (además) internacionales.
- De mercado de demanda, a mercado competitivo, de oferta, etc.
Disfrutar estos años de bonanza no significa bajar la guardia. Debemos ser cautos, estar mejor preparados, aprender y ser menos vulnerables ante el futuro. Nuestra profesión, como tantos otros servicios profesionales, es boya de flotación que sigue las fluctuaciones y avatares del mercado y de la economía. Como seres humanos, hay que disfrutar de las mieles, pero no engordar con ellas, ni en cuerpo ni en espíritu.
Como decía Cervantes, alégrate de tus venturas y bondades si duran mucho, pues si eres sensato y humilde, aprenderás a afrontar épocas peores. Y alégrate también si son las desventuras las que se alargan, pues es señal de que ya no durarán mucho. Unas y otras se suceden, como pleamares y bajamares.
Trabajo, perseverancia, satisfacción y humildad. Y vuelta a empezar, como El Principito barriendo los cráteres de su planeta. Solo así podremos seguir cantando la canción de Frank Sinatra durante los próximos años.