Talento y propiedad

22 abr. 2011

Talento y propiedad

En mis entrevistas con candidatos, alguno que otro muestra un excesivo temor a que la dirección de su empresa descubra que ha sido contactado por un headhunter.

Recientemente, un directivo me llamó alarmado, días después de la entrevista. Había habido alguna filtración en su empresa: "Me acaba de llamar mi jefe, preguntándome si es que ando buscando trabajo fuera". "¿Y qué le has contestado?". "Que por qué me lo preguntaba; respondí a la gallega. Le dije que me habían contactado para comentarme un puesto, y que había ido a ver de qué se trataba". Era la respuesta inteligente y adecuada. "Es que, quien contacta con cualquier cazatalentos queda bajo el punto de mira de la empresa. Pasa a la lista negra".

Ciertas empresas practican esta curiosa "caza de brujas", como si el talento y el ser humano formaran parte del patrimonio de la casa solariega.

Recientemente, el propietario de una de estas empresas me comentaba que los headhunter quitan directivos de una empresa para pasarlos a otra. Hablaba como si la persona fuera parte de su propiedad privada. El talento que tiene la compañía duerme en casa todos los días. Sólo pertenece al propio interesado.

Con o sin headhunters, el talento va hacia los lugares donde mejor se aprovecha y mejor se desarrolla. Es inútil tratar de retenerlo mediante coacción o miedo. Si no encuentra el agua y el alimento que necesita para crecer, migrará, como lo hacen los aves de paso.