"""Si no se disfruta con el trabajo, se corre el peligro de ser sustituido"""

25 sep. 2007

"""Si no se disfruta con el trabajo, se corre el peligro de ser sustituido"""

Lo suyo es un caso de vocación tardía, sin duda. Pero también, todo un ejemplo de cómo en la vida la mejor elección es hacer lo que a uno le gusta. Esa es la historia de José Medina, un prometedor químico que abandonó una próspera carrera en Cepsa para dedicarse al mundo de los cazatalentos.

Medina estudió Químicas, pero pronto se dio cuenta de que no tenía madera de investigador: "Vi claro que el laboratorio no era mi camino cuando el ácido cinámico terminó dos o tres veces en el techo. Estaba claro que no tenía paciencia. Por eso estudié un máster en Economía en ICADE, sin terminar la ingeniería. Tuve suerte.", confiesa. Compaginó ambos estudios, sacando adelante con éxito ambos proyectos. Su interés por la petroquímica le hizo presentar su candidatura en la empresa Cepsa, y aunque no cumplía todos los requisitos que exigían para el cargo vacante, el puesto fue suyo.

¿Cómo fueron sus comienzos?

Empecé trabajando en planta, en dos refinerías de Gibraltar y Tenerife pero después de un tiempo, la central nos encomendó a un grupo a personas y a mí poner en marcha su centro de informática en Madrid. Yo no sabía nada de informática pero creo que nos seleccionaron por nuestra capacidad para relacionarnos con la gente.

Y de ahí, ¿dónde pasó?

Cuatro años más tarde, y una vez terminada la carrera de Psicología, solicité a la dirección un cambio al Departamento de Recursos Humanos.

¿Fue en ese momento cuando vio claro qué era lo suyo?

Creo que sí. Después de haber agotado mi etapa en Cepsa, me ofrecieron un puesto como Director y organizador de recursos humanos en la Escuela de Organización Industrial, una escuela de negocios de Madrid. Estuve cuatro años allí y vi que me gustaba. Luego contactó conmigo la multinacional dedicada a la búsqueda de talentos Odgers Berndtson, y desde entonces en ello andamos, como Socio Director de la multinacional para España y Portugal.

¿Qué ha aprendido de sus anteriores puestos?

La refinería me aportó una disciplina y una conducta espartana muy buena y el ser responsable del área informática despertó mi vocación. Fue en esta época cuando empecé ya a conceptualizar cosas que ya había aprendido antes. Las cosas más importantes de management y de trabajo en equipo las había aprendido ya.

Los cambios laborales en su vida han sido una constante. ¿Dejará este empleo también?

En términos de trabajo, es muy difícil que otra profesión me atraiga más que ésta. Esta actividad me proporciona desarrollarme en una empresa en la que yo soy la cabeza y he sido quien la ha puesto en marcha. Además, soy miembro de un equipo internacional de gente que me trata bien y me reconoce, y donde tengo una autonomía grande para trabajar.

Si alguien pensara en cambiar de actividad, ¿qué le diría?

No sólo le animaría, sino que le diría que, si no lo hace, corre el peligro de estar llenándose de telarañas y de moho a corto plazo. Y así eres fácilmente sustituible, porque si no te diviertes con tu trabajo, te conviertes en tecnología.

Pero, en ocasiones, el cambio es duro.

Sí, pero si realmente crees en lo que quieres hacer, los problemas que surjan, en vez de vivirlos como un nazareno, se ven de otra manera.

¿Usted disfruta ahora?

¡Me divierto más de lo que debo! Tengo un sentido muy lúdico de la vida. A veces pienso que la parte de disciplina y de vía crucis ya le he cumplido.

¿Pero seguro de que tiene algo en mente?

Se me da bien asesorar en carrera.

¿En qué consiste?

En que la gente sea navegante de su vida y que dirija su propia carrera en lugar de tomarla ya hecha.

¿Completando la formación?

Por ejemplo. Eligiendo la especialidad en tus estudios o sabiendo ver las oportunidades dentro de tu empleo. Hay que tener una cosa en cuenta: en las empresas se mandan y se prohiben muchas cosas. Pero hay otras que ni se mandan ni se prohiben. Ahí se debe desarrollar la libertad. Y es ahí donde cada uno puede encontrar la clave del éxito.