El ego y la esencia

30 abr. 2009

El ego y la esencia

Con frecuencia, las necesidades de reconocimiento, el ego y el narciso nos mueven y empujan, hasta que nos pueden. “Deja ya de probarte y de compararte con los demás, y sé más tú mismo”, decía Séneca.

Una de nuestras mayores contradicciones en la vida tiene lugar entre el ego y la esencia. El ego es la búsqueda de la aprobación de los demás. La esencia consiste simplemente en ser uno mismo. Ella es la que tiene que dirigir al ego y no al revés. Aunque parezca frase lapidaria, la diferencia entre un buen candidato y uno malo reside en un buen balance entre un ego eternamente hambriento y una esencia serena, tranquila y perseverante. Ayudar a la gente en su carrera es traerles su ego y su esencia a su mundo consciente.

Lo más importante en cualquier profesión es disfrutar y aprender con la tarea, ver el sentido del propio trabajo y su utilidad como servicio al cliente, sea en Agricultura, Industria o Servicios, o trabajando con cosas, datos y números, o personas. Distintos tipos y perfiles de profesionales, con sus capacidades e intereses, se sienten atraídos por alguno de estos ámbitos.

En Búsqueda de Directivos no sólo es una suerte trabajar con personas, sino sobre todo con la parte más exquisita y valiosa de ellas, que es su talento, motivos, intereses y valores en sus carreras y vida.

En nuestra profesión...

Aprendemos mucho sobre personas, organizaciones, liderazgo, gestión y mundo empresarial. Disfrutamos mucho más de lo que se podría pensar, sacando el mayor partido de nuestro tiempo, energía, conocimientos y aprendizaje. Trabajamos en una organización de tamaño comparativamente pequeño, de dimensiones humanas, sin dejar de estar en una red internacional y abierto al mundo. Podemos integrar mejor el trabajo, la carrera y la vida personal y familiar. Trabajamos más, pero al propio ritmo, sin “cadena de montaje virtual”, formada por jerarquías y "reportings". El estrés es más operativo que organizativo. El jefe es el cliente.

Nuestra misión básica consiste en identificar y facilitar el trasvase del talento directivo hacia donde mejor se puede aprovechar y desarrollar, integrándolo eficazmente en la cultura, estrategia y objetivos de nuestras empresas clientes.

Lo que se puede aportar y aprender en nuestra profesión es inmenso. Siempre hemos mencionado la ecuación de aportar + aprender = consolidar + crecer. No se puede aportar sin aprender y viceversa, como tampoco se crece sin consolidar cosas. Todas van juntas, en ecología.

Nuestra profesión tiene mucho de ciencia y, desde luego, de experiencia de “management”, con algún destilado de Escuela de Negocios. Pero es también arte, sensibilidad, curiosidad, intuición y humanismo. Menos apariencias, misterios, “poses” y máscaras de cartón-piedra, y más naturalidad, espontaneidad, frescura e inocencia, como nos recuerda León Felipe:

"… Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo…
Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo digamos los versos."

Si algún día llegamos a ser maestros y artistas en algo, es porque nunca hemos dejado de ser aprendices y de ser niños.