"El ""Efecto Garfield"": Organization man” vs. pequeño emprendedor. Viejos y nuevos paradigmas"

29 jun. 2012

"El ""Efecto Garfield"": Organization man” vs. pequeño emprendedor. Viejos y nuevos paradigmas"

El rollizo gato Garfield murmura dormitando en su caja: “Necesito un cambio… Quizá comenzar un hobby… Aprender un nuevo idioma…Practicar algún deporte…Quizá permanecer aburrido: lleva menos esfuerzo”.

En mis entrevistas con directivos que buscan un cambio en su carrera, siempre procuro invitarles a avanzar en dos líneas: Dirigir su propia carrera, ser ellos mismos los protagonistas de su película y de su vida, en su propia organización o en otra. Y explorar ser pequeños emprendedores, crear su propia empresa o proyecto, donde van a tener sorpresas agradables: aprender más, divertirse más, trabajar más, pero en lo que les gusta y a su propio ritmo, ser su propio jefe, integrar –no conciliar, que suena empalagoso- más su vida personal y profesional, tener mayor control sobre su futuro y vida, y, probablemente, ganar más de lo que se esperaban.

Los motivos para abordar el cambio son abundantes: mi carrera está estancada/estoy en “vía muerta”/mi trabajo es más de lo mismo; toqué techo, estoy “topado”: mi jefe ocupa el puesto al que aspiro; mi puesto va a desaparecer o lo va a ocupar otro; no estoy bien pagado; mi nuevo jefe no me deja vivir/es incompetente; etc.

También son abundantes las razones o excusas para no cambiar y ser un Garfield cualquiera: expectativas de promoción (“Esperando a Godot/Que se me aparezca la virgen”); seguridad (“Por ahora no me va mal”); fidelidad/lealtad (“He sido siempre leal a esta casa, siempre me ha tratado bien”); más de lo mismo (“Conozco y domino mi trabajo en esta empresa y se me reconoce más o menos”); “Vendrán tiempos mejores”… ¡Qué aburrimiento! ¡Moho y telarañas por doquier!

Estas entrevistas me llevan a algunas reflexiones sobre viejos y nuevos paradigmas: el organization man vs. pequeño emprendedor.

  • La lealtad hacia la empresa ya no existe. Esto es cierto, pero existe la lealtad hacia el propio proyecto, carrera y propia empresa. La lealtad vertical del organization man se transforma en lealtad horizontal del pequeño emprendedor hacia los propios colegas, clientes, equipos y proyectos.
  • El éxito de una empresa es el crecimiento. Esto no siempre vale para la propia empresa o  proyecto. Más grande no significa mejor. Prefiero ser mejor a más grande. Muchos proyectos “mueren de éxito” al crecer rápido y desatender sus principales valores.
  • La empresa ya no garantiza el empleo. Evidente. El pequeño emprendedor se siente más seguro en su propio proyecto que como empleado.
  • El emprendedor concilia peor su trabajo y su vida personal. Falso. La palabra “conciliar” pierde su sentido para el pequeño emprendedor. Su trabajo se integra más con lo que le gusta hacer y disfruta más de su familia y vida. Es la experiencia de muchísimos pequeños emprendedores.
  • El emprendedor nunca se jubila. Afortunadamente. El organization man tampoco se jubila, sino que “lo jubilan”, con los traumas conocidos. Una cosa es jubilarse y otra dejar de hacer lo que nos gusta y en lo que nos consideramos competentes. Suena a derrota ante la vida.
  • La organización da empowerment y responsabilidades a sus directivos con talento. Cierto. El pequeño emprendedor no necesita la generosidad del empowerment regalado. Ya lo tiene.
  • El pequeño emprendedor vive la soledad en su trabajo. Falso en gran medida. A veces vive más intensamente su soledad el organization man. El pequeño emprendedor comparte sus experiencias con otros grupos profesionales, que forman parte de su I+D+i.

La relación no es exhaustiva. Progresivamente veremos pequeños emprendedores que cambian viejos por nuevos paradigmas. Cambian sus miedos por valentía, compromiso y dedicación a su proyecto. Así hacen lo que les gusta y logran un mayor control sobre su carrera, futuro y vida.