
30 sep. 2009
¿Cormorán libre o adiestrado?
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En mis cometidos de Executive Search entrevisto con frecuencia a profesionales que se plantean montar su propia empresa de servicios de asesoramiento o consultoría. Temores y resistencia al cambio, a lo nuevo, y riesgos percibidos dificultan dar el paso y cruzar el Rubicón. Todo invita siempre a seguir el cambio seguro...y a más de lo mismo.
Suelo animar a la persona a ir adelante, advirtiéndole de que va a trabajar más de lo que se imagina, aunque será en lo que le gusta y por su propia elección. También, que va a aprender, a divertirse, a tener más control sobre su carrera y futuro..., hasta puede llevarse la sorpresa de descubrir que se gana mejor la vida.
Pero lo que más les suele influir es una pregunta inesperada que les hago, en forma de metáfora estimulante-provocadora: "¿Quieres ser cormorán libre o adiestrado?"
En Asia se utiliza al cormorán para la pesca. La técnica consiste en un hombre con un pequeño bote y seis o siete cormoranes, cada uno con un anillo en el cuello. Cuando el ave detecta un pez en el agua, se sumerge y lo atrapa con su pico. El anillo le impide tragar los peces más grandes, que toma el pescador, y el cormorán se zambulle de nuevo en busca de otro pez.
¿Por que se elige el cormorán para este trabajo? Este pájaro tiene tres características muy especiales: voraz predador y comedor de peces, altamente eficaz atrapándolos, y gran capacidad de aprendizaje y adiestramiento. La sociedad estimula en nosotros la voracidad/ambición/motivación, así como nuestro talento y capacidad de aprendizaje. A partir de ahí, a veces nos pueden poner un anillo en el cuello que, según el caso, nos hace asemejarnos a estos cormoranes.
¿Cómo podemos utilizar nuestras ambiciones, talento y capacidad de aprendizaje, sin sentirnos limitados, frenados o, a veces, hasta siervos, como los cormoranes adiestrados, disfrutando del trabajo y desarrollándonos como profesionales y como personas.
En determinados momentos de la carrera podemos sentirnos más o menos cómodos con un razonable anillo al cuello, como los cormoranes adiestrados. Pero si descubrimos una posible trayectoria profesional que nos proporciona sentido en nuestra carrera y vida, tenemos que explorarla con todo rigor, interés y candor. Hablamos de algo muy importante que afecta a nuestra felicidad en la vida. Una trayectoria debe tener "corazón", sentido y disfrute. Si una persona siente la necesidad de eliminar el anillo, hay que animarla a explorar la alternativa, estimulando su optimismo, valentía y paso de la reflexión y el análisis a la acción.
Casi todos somos o hemos sido cormoranes adiestrados en distintas etapas de nuestra vida, donde hemos desarrollado gustosos nuestras capacidades, motivos e intereses. Pero necesitamos apoyo racional y emocional cuando queremos volar como cormoranes libres. Es una ayuda con simples palabras que siempre recordará y agradecerá quien trate de levantar un nuevo vuelo en su carrera.